Espiritualidad de los Canónigos

La espiritualidad de los Canónigos Regulares Lateranenses

El título que llevamos nos revela y nos recuerda una espiritualidad propia :

Ante todo somos Canónigos, es decir sacerdotes al servicio de una Diócesis – de su Obispo y de sus fieles. Concretamente, esto se traduce en la atención de parroquias, lugares de peregrinación y/o de escuelas; al mismo tiempo queremos que nuestros conventos también sean lugares de encuentro y de renovación a nivel diocesano.

El hecho de que nuestra Congregación, en varias ocasiones, haya servido la Catedral del Papa – la basílica de San Juan de Letrán en Roma – nos vincula de un modo sumamente especial a la Iglesia y a los sucesores de los apóstoles!

Pero también somos Regulares, es decir sacerdotes de vida común, viviendo bajo una regla – la de san Agustín Obispo de Hipona (345-453) – y de las constituciones comunes. Fortalecidos con el ejemplo de los primeros cristianos, reunidos junto a María, la Madre del Salvador, y a los apóstoles, «que tenían todo en común» (Hch. 4,32) y «que acudían asiduamente a la oración y a la fracción del pan» (Hch. 2,42) vivimos según el lema: «unidad en la caridad». Nuestra vida común conoce una fuerte dimensión comunitaria, sobre todo a nivel litúrgico con el oficio solemne en comunidad.

 

Los Canónigos Regulares: activos y contemplativos, orientados hacia Dios y hacia el mundo; un ideal de vida cristiana y sacerdotal antiguo y actual.