Hacerse Canónigo Regular
«No son ustedes los que me han elegido a mí, sino yo el que los he elegido a ustedes» (Jn. 15, 16).
Como nos dice Jesús en el Evangelio, el primer paso lo da Él. Él es quien nos llama. Pero la respuesta a su llamado nos corresponde darla a nosotros.
No existe una definición ideal de la vocación. Siempre es un don y un misterio! Pero existe un signo importante: LA AMISTAD CON CRISTO, porque solo en diálogo con Él podemos percibir su voz.
Nuestra Familia Religiosa vive según la Regla de San Agustín, y observa los tres votos: la obediencia, la castidad y la vida en común sin propiedad. El corazón de nuestra actividad pastoral es la Liturgia de las Horas celebrada en comunidad.
La formación comienza con el postulantado. Es el tiempo en el que el candidato discierne su vocación. Seguidamente se realiza el año del noviciado, tiempo dedicado intensamente a la plegaria, al estudio y al trabajo; el cual ayuda particularmente a conocer a Dios, a sí mismo y a la Orden. Al término del Noviciado, el candidato pronuncia los votos temporales por tres años.
Luego de la Profesión inicia, en una de nuestras Casas elegidas a tal fin, la formación filosófica y teológica con una duración de seis años, la que lo prepara para la ordenación diaconal, y luego a la sacerdotal. Antes de la ordenación diaconal, el profeso se consagra a nuestra Congregación para toda la vida, pronunciando los Votos Solemnes.
Si deseas conocer mejor nuestra Congregación, te invitamos a hacer contacto con nosotros y a encontrarnos algunos días. No te podemos garantizar una vida ideal, pero seguramente, caminando juntos, podrás vivir una bella aventura que hará crecer tu AMISTAD CON CRISTO.
Tal vez tu lugar esté entre nosotros…